Los cerros de la libertad: esclavos cimarrones en Trujillo colonial
Fecha
2018-01Autor
Lavallé, Bernard
ISBN
978-612-4238-11-6Metadatos
Mostrar el registro completo del ítemResumen
El análisis del cimarronaje empezó a seguir pistas novedosas en las décadas de 1960 y 1970, en la misma época en que, en los Andes centrales, el interés suscitado por las llamadas «rebeliones» campesinas abría horizontes muy sugestivos para el entendimiento de las evoluciones de la sociedad colonial y el papel, hasta entonces infravalorado, de los dominados como actores de su propia historia. Una serie de estudios pioneros centrados sobre el Saint Domingue francés —futuro Haití—, Cuba o Jamaica demostraron la riqueza de significado y la complejidad del fenómeno, que iban mucho más allá de lo que hasta entonces se había percibido, en general a partir de los documentos, los testimonios y el punto de vista de los dueños. En esas zonas donde la esclavitud había alcanzado su mayor desarrollo con la economía de las plantaciones azucareras, el cimarronaje contribuyó en muchos casos al surgimiento de verdaderas «sociedades cimarronas», a la creación de una «etnicidad cimarrona», constituyendo así una alternativa, una verdadera «contre-plantation» según la acertada expresión del sociólogo haitiano Jean Casimir.1 Aunque en un contexto bastante diferente, esos fenómenos también existieron en los países andinos. Baste con recordar el proceso de etnogénesis que se dio en las comunidades negras de la cuenca del río Chota en el norte ecuatoriano o la creación de una nueva lengua en los palenques (de ahí su nombre, el palenquero) de la costa atlántica colombiana.